Estela de Guerrero

[Actualmente la Estela del Guerrero se encuentra retirada para su estudio].

La estela fue hallada en posición vertical y casi totalmente cubierta por la acumulación de capas de tierra formadas a través de los tiempos, lo que parece indicar que se encontró en su posición originaria y lugar donde fue erigido este monumento. Ni en el lugar del emplazamiento de la estela, ni en sus proximidades, se ha encontrado vestigio alguno de que hubiera existido ningún tipo de enterramiento; y es casi improbable pensar que la estela hubiera sido trasladada de otro lugar, ya que como se dijo fue hallada hincada en el suelo y casi enterrada por las capas de sedimentos que se fueron formando a través de los siglos, cosa que probablemente se hubiera confirmado si se hubiera realizado un estudio estratigráfico del terreno en el momento de desenterrar la estela.

Por ello hay que descartar que esta estela fuera el marcador de una tumba y que el grabado que aparece en una de sus caras representara el ajuar de un guerrero allí enterrado.

La función que tuvo la estela de San Martín de Trevejo, debió ser la de indicador o marcador territorial; aunque también pudo ser un monumento memorial, erigido en honor de alguna batalla o del acto de heroísmo de un guerrero. Y la representación grabada en la estela debe ser el código o ideograma del grupo étnico o clan familiar que controlaba esos territorios y que informaba de su posesión a quienes transitaran por ellos. Ambas hipótesis son posibles.

Por un lado, el lugar donde se halló la estela, en el cerro de la Manta, en el límite de los actuales términos de San Martín de Trevejo y de Villamiel, en los montes que limitan por el Sur el área de Jálama, este singular espacio de lengua y cultura galaico-portuguesa; por ello la estela pudo ser un marcador territorial que informaba que se entraba en un territorio perteneciente al grupo de población que se identificaba por el código representado en la estela. Igualmente su localización, en un lugar desde donde se ejercía un buen control tanto del acceso al valle de Jálama como del tránsito que pudiera haber por el corredor natural existente en las proximidades, empuja a pensar que se tratase de indicador territorial que estuviese controlando dicho paso por quienes erigieron la estela.

Y también, la existencia de topónimos como «Caminhu da Contenda» (Camino de la Contienda), «Contendas» (Contiendas), «As Contendas» (Las Contiendas), en los parajes próximos del lugar donde se halló la estela, es un dato que permite relacionar la función que hubiera podido tener como monumento memorial de alguna batalla que hubiera tenido lugar en tiempos prehistóricos… Dicha hipótesis tampoco debe ser considerada descabellada si dedujéramos que dichos topónimos pueden tener su origen en alguna contienda o confrontación guerrera en tiempos prerromanos, lo que explicaría la función y emplazamiento de la estela en aquel paraje.

Por otro lado, en el vecino Concelho do Sabugal, ya en territorio portugués y en la cuenca del Duero, se encontraron otras dos estelas decoradas: una en la freguesía de Os Foios у otra en la de Baracal.

La estela de San Martín y las de las dos localidades portuguesas representan los mismos elementos y tienen la misma combinación: escudo con escotadura en V en el centro y flanqueado simétricamente por una lanza y una espada. La presencia de un espejo en la de San Martín y una fíbula en la de Os Foios debe entenderse como un añadido, extraño y foráneo, que algún clan o familia incorporó por prestigio o distinción social. Por ello la representación del «escudo escotado – lanza – espada» debía ser el código que identificaba, en el lenguaje simbólico, al grupo étnico, presumiblemente céltico, que habitaba en el Val de Xálima y toda la contigua región portuguesa de Riba-Coa.

Los anteriores monumentos pueden ser considerados como propios del fenómeno megalítico, lo mismo que la técnica de falsa cúpula empleada en la construcción de los chozos de piedra también hunde sus raíces en la tradición megalítica. Por ello no hay contradicción entre los monumentos megalíticos de San Martín de Trevejo y que sus autores fueran los celtas, ya que esta etnia se estableció en la fachada atlántica que es donde estuvo el centro del fenómeno del megalitismo peninsular; siendo por tanto la cultura celta que floreció en el Val de Xálima y la Riba-Coa, en muchos aspectos, la continuación y desarrollo de las tradiciones megalíticas.

Coordenadas GPS:

 

Estela de Guerrero

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