
La iglesia parroquial dedicada a San Martín de Tours, enclavada casi en el centro de la villa y muy próxima a la Plaza Mayor. El edificio presenta buenas proporciones y su orientación de Este a Oeste es correcta. Al exterior resalta con claridad la división buenas proporciones existente entre el ancho buque eclesial, rectangular y dotado de tres berroqueños contrafuertes por cada lado, y la cabecera de planta ochovada, más estrecha y baja y carente de estribos. Por el costado de la Epístola sobresalen la sacristía y una pequeña capilla.
En la elevación de la fábrica se utilizó fundamentalmente gruesa mampostería; las esquinas, cercos de las ventanas, estribos, arcos y pilares se refuerzan con sillería.
Una bella y berroqueña cornisa en gola remata todo el edificio parroquial, que tiene tres portadas, situadas a los pies y por los muros de la Epístola y del Evangelio, la última tapiada. Dichas puertas son de piedra sillar y abren en arcos de medio punto. Y en el muro sur de la sacristía y capilla colindante hay dos ventanas: una, la de la sacristía, es sencilla, cuadrangular, mientras que la otra presenta cajeado y culmina en frontón curvo, partido, que encierra un escudete con la mitra y las llaves pontificias y una inscripción que la fecha: 1654.
El interior del templo es bastante espacioso. Se distribuye en tres naves, mucho más ancha la central, separadas en otros tantos tramos por esbeltos pilares prismáticos, de sillería y con sencillas molduras por capiteles. La techumbre de nave es plana, configurada por un noble artesonado de madera. Sobre la tapiada puerta septentrional, al interior, se observa una inscripción, valioso documento para datar el templo y conocer a los promotores de la obra: A HONRA Y GLORIA DE DIOS NVESTRO SEÑOR/ EDIFICARON ESTA YGLESIA EL LICENCIADO JVAN GARCIA/ BENEFICIADO CVRADO DIO MIL Y QVINIENTOS DVCADOS Y JVAN DOMINGUEZ CACERES/ FAMILIAR DEL SANTO OFFICIO Y SV MVGER GATALINA FERNANDEZ DIERON CINCO MIL Y QVINIE/ NTOS DVCADOS. ACABOSE AÑO DE 1653.
El arco triunfal, de cantería y de medio punto, de paso a la capilla mayor presenta al interior planta pentagonal y se cubre con bóveda de lunetos que simulan falsas crucerías góticas. Iluminan el presbiterio dos ventanas cuadrangulares, situadas al septentrión, y una sencilla puerta adintelada perfora el muro de la Epístola y sirve de ingreso a la sacristía, esta última carente de interés y con un moderno techo plano. En el ábside parroquial destaca, por el costado del Evangelio, un lucillo sepulcral que abre en arco de medio punto. Por encima se sitúan dos escudos -en uno se ve un brazo sujetando una cruz y en el otro un árbol y un castillo- que enmarcan el siguiente epígrafe: ENTIERRO DE JVAN DOMIN/GVEZ CACERES FAMILI/AR DEL SANTO OFICIO DE LA YNQUISICION Y DE CA/TALINA FERNANDEZ SV MVGER. ANO DE 1654.
Es indudable que en esta villa hubo una iglesia parroquial anterior a la actual y de la que únicamente resta la torre-campanario situada en la Plaza Mayor. Pero el hecho cierto es que el templo que en nuestros días subsiste se remató, probablemente utilizando el solar de un viejo templo, a mediados del siglo XVII (entre los años 1653-1654) según indican las inscripciones señaladas. En esta iglesia se conservan tres tablas del pintor Luis Morales, procedentes del conventual de San Benito (Alcántara),que representan: «El Padre Eterno», «Arcángel San Gabriel» y «Apóstol San Matías»; así como un valioso patrimonio artístico-religioso.
O Teşoiru de Igreija de San Martinhu
En la iglesia parroquial de San Martín de Trevejo se encuentran tres tablas del pintor Luis de Morales: «El Padre Eterno» y las que representan al «Arcángel San Gabriel» y al «Apóstol San Matías». Estas piezas han sido restauradas últimamente por la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, debido a que se encontraban muy deterioradas, según parece, a que durante un incendio debieron verse expuestas a la acción directa o indirecta del fuego. Las pinturas están ejecutadas sobre soporte de madera de castaño, madera muy usual en la fábrica de Luis de Morales. Sus fabricaciones están constituidas por diversos paños: dos paños en las pinturas que representan al Apóstol San Matías y al Arcángel San Gabriel, y cuatro paños en los que representa al Padre Eterno. Originalmente los paños se encuentran unidos a arista viva, ensamblados estos por lazos de madera de pino y recubiertas las juntas con estopa y cola para fortalecer las uniones. La madera laminada artesanalmente y cepillada por la cara de la pintura, constituye un fino trabajo de carpintería, revelándonos un aspecto en el que el pintor debió ser muy exigente. Las caras están aparejadas por la cara de la pintura con una imprimación de yeso y cola muy pulimentado y de fino grosor.
La técnica seguida por el pintor es la usual del siglo XVI, una técnica mixta, con una base de temple de huevo y acabados trabajados con óleo y barnices compuestos de resinas y aceites. En primer lugar estas pinturas tras ser dibujadas han sido manchadas y entonadas sobre los grandes tonos luminosos (carnes, vestiduras y paisajes) y los oscuros más significativos en su posición luminosa, efectuándose en capas sucesivas veladuras de tonalidades intermedias y entonación definitiva, con técnica de óleo.
Las tablas de San Martín de Trevejo formaron parte de dos retablos que se levantaban en sendas capillas de la iglesia conventual de San Benito, en Alcántara, sede de la Orden militar del mismo nombre. Desde entonces la escasez de noticias es total hasta ser redescubiertos en 1916 por Daniel Berjano en San Martín de Trevejo. De cómo y cuándo llegaron a esta villa no se dispone de información alguna.
Hasta el momento se ignora la historia documental de estos cuadros, si bien se conoce su procedencia a través de referencias del siglo XVII. Los retablos donde se encontraban los cuadros fueron construidos por el comendador de Piedrabuena y vistos por Torres y Tapia, siendo dados a conocer en sus crónicas de los años 1763 y 1784, atribuyéndolos a Morales.
El patrimonio artístico-religioso de la iglesia parroquial
Además de las pinturas de Luis de Morales, la parroquia guarda otras notables obras de arte. Quizá la que más llama la atención es el dieciochesco retablo mayor, que ennoblece el ábside y se estructura en banco, cuerpo único de tres calles y ático de formas curvilíneas. En el banco resaltan cuatro grandes ménsulas intercaladas con grandes paneles de hojarasca. El cuerpo lo conforman dos columnas centrales, con fustes muy abigarrados y capiteles que se inspiran en el corintio. Al medio se sitúa el barroco templete, constituido por columnillas y estípites y rematado en cúpula. Abren en el primer nivel tres hornacinas de medio punto: las laterales guardan excelentes imágenes barrocas de San Pedro y San Pablo; más alto está el hueco principal que contiene una efigie moderna de San Martín de Tours. Sobre el entablamento descansan dos estatuas de ángeles que portan los símbolos de San Martín: la mitra y el báculo.
Otros dos retablos barrocos, del siglo XVIII, dan frente a la nave del templo y flanquean la embocadura de la capilla mayor. El del Evangelio se ordena en banco, cuerpo único y recargado ático, lleno de decoración de tipo vegetal que sirve de marco a un lienzo de Santo Domingo de Guzmán. El vano principal lo ocupa una dieciochesca talla de San José; la flanquean otras dos esculturas de madera policromada: San Juan Bautista (S.XVII) y un ingenio San Antonio Abad, con báculo, libro y cerdito a sus pies (S.XVI). El retablo de la Epístola es similar al precedente, el ático forma un edículo con hornacina de medio punto timbrada por una corona; en el cuerpo hay tres imágenes de la Virgen María: la central es una preciosa Inmaculada de talla barroca del siglo XVIII, escoltada por una Virgen de la Consolación del siglo XVI y otra interesante imagen del XV llamada Virgen de la Estrella.
También hay cuatro tablas pictóricas que formarían parte de un antiguo retablo, hoy perdido. Renegridas y deterioradas con grandes desconchones penden de los muros laterales de la nave, representan un Cristo atado a la columna, un Ecce Homo, a San Juan ya la Virgen María. Todas las figuras son muy solemnes, permanecen en pie, mostrándonos la mano de un pintor del siglo XVI tal vez próximo a la escuela de Luis de Morales.
Referente a esculturas de madera policromada que se guardan en esta iglesia parroquial, merecen ser destacadas: una de San Lorenzo, del siglo XVII, al que le falta la simbólica parrilla; otra de Santa Teresa de Jesús, también del XVII, y dos Crucificados: uno del siglo XVI que cuelga del arco triunfal y otro que está en la sacristía del siglo XVIII. Aunque de todas las imágenes, las de mayor interés artístico son las tres siguientes:
* La ya citada Inmaculada Concepción, que descansa sobre una gloria de nubles y querubines y ocupa un nicho de medio punto. Es una espléndida talla barroca del siglo XVIII, una de las más deliciosas que hay en Extremadura, que exhibe un violento movimiento de paños. Procederá de los talleres salmantinos y parece ser que perteneció al antiguo convento franciscano.
* Nuestra Señora de Belén: Es una curiosa imagen de madera policromada, de 85 centímetros de altura, que representa a la Virgen María en pie y con el Niño en brazos. Este descansa sobre su brazo izquierdo y juega con una fruta redonda. La Virgen se atavía con túnica, dotada de un escote no muy ceñido al cuello y amplio manto. El tocado que exhibe es una especie de gorro cilíndrico cubierto con el velo y es muy similar al de otra imagen que existe en la catedral de Tarragona. Lo más significativo del vestido del Niño es la clase de escote que tiene la túnica, adornado con el «orfrés» que estuvo de moda en el siglo XIII. La policromía se conserva en estado regular: el manto de la Virgen es dorado y las vueltas azuladas, la túnica tiene un color indefinido, entre el jacinto y dorado de la parte superior y el azul oscuro de la inferior; también son dorados el gorro y el velo virginales. La túnica del Niño es ocre con el perfil del cuello dorado. esta imagen puede datar de finales del siglo XIII.
* Nuestra Señora de la Estrella: Es una escultura de tamaño muy pequeño (38 centímetros de altura) y de una iconografía que no es habitual en la imaginería extremeña al portar la Virgen un libro. Hagamos una breve descripción de esta talla: María tiene una dulce expresión y luce una larga melena que le cae en bucles rizados por la espalda y hombros. Viste túnica de color jacinto y manto azul oscuro estampado con menudas estrellas plateadas. Toda la indumentaria se pliega de manera muy suave y naturalista, como corresponde al estilo gótico del siglo XV. Y el Niño se atavía con túnica talar, de color blanco marfil, moteada de florecillas ocres; siendo la expresión de su rostro enormemente ingenua.
Igualmente hay algunas piezas de orfebrería de cierto interés en el tesoro parroquial. Citemos un cáliz de plata sobredorada, propio de la segunda mitad del siglo XVII; un copón cuyo pie, astil y copa son completamente lisos, sólo decorados con círculos concéntricos granados a buril; otro copón adornado con elementos vegetales y querubines, es de estilo barroco; dos cruces de plata, mostrando una de ellas un relieve de San Martín revestido de obispo; una corona de estilo rococó de la segunda mitad de siglo XVII; un curioso relicario de Santa Cristina, y la custodia que es del tipo de sol, fabricada en el año 1808.
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